martes, 8 de abril de 2014

CUENTACUENTOS

A la hora de elegir entre los tres tipos de transmisión literaria: narración con cuento, lectura o cuentacuentos, me decidí por realizar un cuentacuentos para niños de dos años, sobre un texto folclórico, como son Los tres cerditos.

Como bien sabemos, los cuentacuentos son relatos, trasmitidos oralmente, que desarrollan la imaginación de los niños, porque tenemos que tener en cuenta en esta estrategia de transmisión literaria no se utilizan ilustraciones; las únicas imágenes que el receptor ve, las crea su imaginación y ésta es, precisamente, la mayor virtud del cuentacuentos: la capacidad de generar imágenes en la mente del que escucha, la capacidad de desarrollar la fantasía, la imaginación, y como educadoras, estas capacidades las tenemos que desarrollar cuanto antes para que el niño pueda disfrutar y saborear mejor de la lectura.

Un buen cuentacuentos, debe seguir la estructura clásica del cuento: introducción, nudo y desenlace.
  • En la introducción se plantea la historia y se presenta a los personajes.
  • En el nudo se desarrolla la trama, se expone el conflicto que implica a protagonistas y antagonistas y se coloca al oyente en el punto álgido de la situación.
  • En el desenlace se ofrece la solución de la historia con sus conclusiones.

Los cuentos infantiles suelen tener una fórmula de inicio (tal como "érase una vez", "había una vez" o "érase una vez que se era") y una de salida (del estilo "y fueron felices y comieron perdices"), ya que los cuentos suelen acabar bien.

La tarea de los cuentacuentos

Parece que explicar un cuento no debe comportar ningún problema, pero a la hora de la verdad, ante un exigente público infantil, contar bien un cuento no es tan fácil: se requiere una cierta dosis de gracia y un poco de técnica.

El primer requisito de indispensable cumplimiento es saber elegir el cuento, atendiendo a algunos condicionantes. El primero es la edad de los oyentes ya que, dependiendo de esta variable, cambiará su nivel de comprensión y su capacidad de atención. Así pues, la primera obligación del buen cuentacuentos es atinar en la elección de la historia.

Adaptar el lenguaje a los más pequeños

Una vez escogida, el cuentacuentos deberá ser capaz de adaptar su lenguaje para facilitar el entendimiento de los pequeños. Es una buena idea preparar una ambientación adecuada al cuento: una iluminación conveniente, una mínima escenificación y quizá algún muñeco o títere, darán más fuerza, vivacidad y credibilidad a la historia y a quien la cuenta.

Sin embargo, no disponer de elementos externos y contar sólo con el apoyo de un libro o de la propia memoria, no debe representar ningún obstáculo en el camino hacia el éxito del cuentacuentos, porque, como decía el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, "los niños tienen mucha tolerancia con los adultos".

Características del buen narrador

Un buen narrador debe ser capaz de convencer con su voz, sus gestos, sus movimientos y su cara. Precisa imaginación, expresividad y grandes dosis de comunicación para que se produzca la necesaria empatía con los oyentes infantiles. Una vez establecida esta conexión entre el adulto que cuenta el cuento y el niño que lo escucha, la complicidad está asegurada y el éxito de la historia está garantizado.

Un cuentacuentos no debe limitarse a leer una historia usando palabras más o menos certeras, sino que debe hacer soñar a los niños, transportándoles con su narración hasta el mundo imaginario en el que viven los cuentos (los de ahora y los de siempre) dándoles el punto de vivacidad y certeza que "enganche" a los niños.

Es aconsejable aprenderse los cuentos ya que esto garantizará la explicación fluida de la historia. Sin ninguna interrupción se facilitará el seguimiento de la trama, dándole un aire de "cosa vivida".

Variar el tono de la narración resulta fundamental

Es importantísimo la entonación, las pausas y el suspense. Si se mantiene siempre el mismo tono se puede provocar aburrimiento y falta de atención. Una pausa breve pero contundente en el momento álgido de la historia mantendrá a los oyentes a la expectativa y conllevará un deseado suspense que se verá cumplido con la emoción final del desenlace.

Es mejor no entretenerse con descripciones largas. Las frases cortas y claras ayudarán a los niños a crear sus propias imágenes. La narración enriquece la imaginación de los niños. Bajo la magia de la palabra construyen en sus mentes la escena descrita y la ven con los ojos de la imaginación. Creerse la historia es vital para convencer a los niños

La entonación, la velocidad en la explicación y el entusiasmo en la narración son premisas clave para el buen cuentacuentos. La teatralidad que cada cual quiera imprimirle y su propia personalidad marcarán la forma cómo el cuento va a llegar a los niños. Las onomatopeyas y las hipérboles son recursos fantásticos para cualquier narración oral. Las hipérboles pueden ir casi siempre acompañadas del gesto. Exagerar los elementos de la narración hará abrir los ojos desmedidamente a los que la escuchan y las onomatopeyas son un maravilloso recurso expresivo a la hora de contar cuentos, por lo que es bueno utilizarlas en la narración.

Cambiar las voces de los personajes (siempre que haya como mucho 4) es una buena manera de hacer que los niños no solo sepan de los personajes, sino que los escuchen y sepan como son.

Además un buen narrador debe dialogar con el público para hacerles partícipes en todo momento, ya que ellos también forman parte de la historia que están escuchando.

Por último, la premisa esencial, fundamental y primera es creer a pies juntillas en la veracidad de la historia y explicar los cuentos con sumo gusto, creyendo en ellos, disfrutando del momento y compartiendo con los niños la maravillosa experiencia de la comunicación.


Con todo esto paso a describir mi cuentacuentos para niños de dos años. 


Yo elegí contar Los tres cerditos, porque me parece un cuento muy bueno que ayuda a los niños a aprender que el esfuerzo es una gran característica que tenemos que tener todas las personas en ciertos momentos de nuestra vida, y que mejor momento para aprenderlo que cuando somos pequeños.
Para realizar este cuentacuentos, me leí el cuento, lo adapte un poco para la edad que propongo, lo ensayé y se lo conté a mis alumnos para ver si tenía buena acogida entre ellos. Tuve muy buen resultado, así que me decidí a contarlo en clase. 

Utilicé casi todas las características del cuentacuentos:
  • Una buena entrada y salida en el cuento:
    • Érase una vez que se era, en un bosque…
    • Y Colorín, colorado este cuento se ha acabado.
  • Seguí la estructura: introducción, nudo y desenlace.
  • Adapté el cuento para la edad que correspondía (2 años)
  • Utilicé:
    • Onomatopeyas
    • Hipérboles
    • Cambio de voces en los personajes
    • Mucha gesticulación
    • Un lenguaje sencillo con pausas
    • Una velocidad y entonación adecuada para que los niños me entiendan y estén más atentos a la escucha del cuento.
  • Les puse nombre a los personajes.
  • Canté canciones con rimas(inventadas)

Todos conocemos esta historia, pero os voy a realizar un resumen de la trama:

La primera historia de "Los Tres Cerditos" fue escrita por James Orchard Halliwell en 1849.

El esquema básico de la historia de "Los Tres Cerditos" es una historia de tres cerdos que construyen cada uno una casa.

Uno se toma poco tiempo en la construcción de la casa haciéndola de paja y pasa el resto de su tiempo jugando y relajándose.

Un segundo cerdo construye una casa de palos, que tarda un poco más, pero de nuevo valora el tiempo de relajación.

Un tercer cerdito decide construir una casa de ladrillos, que requiere una gran cantidad de tiempo y esfuerzo. Él valora tomarse el tiempo para construir una vivienda adecuada por sobre la relajación y la recreación.

Cuando el "Lobo Feroz" llega a las casas, sólo la casa de ladrillos del tercer cerdito hace frente a la presión aplicada desde el lobo.

Al final el lobo decide entrar por la chimenea, pero los cerditos que eran muy listos pusieron una olla con agua caliente debajo, y cuando el lobo cayó de la chimenea, se quemó el culo y se fue corriendo otra vez al bosque.

Las Lecciones morales que podemos encontrar en esta historia son:

La principal lección moral aprendida de "Los Tres Cerditos", es que el trabajo duro y la dedicación valen la pena. Mientras que los dos primeros cerdos rápidamente construyeron casas y tuvieron más tiempo libre para jugar, el tercer cerdito trabajó en la construcción de su casa de ladrillos. En comparación con los otros dos cerdos, el esfuerzo extra del tercer cerdito dio sus frutos en su casa que duró. La idea de tomar el tiempo necesario para realizar una tarea de la manera correcta ha sido adoptada por muchas organizaciones de trabajo y predicada por los maestros y padres de niños durante muchas generaciones.

Cuando conté esta historia a mis compañeras, ellas me comentaron que les había encantado la forma en que la realicé, y que estaba muy buen adaptado para la edad que proponía. También me dijeron que las voces que puse a los personajes eran muy claras y que en ningún momento me liaba al ponerlas, ya que son pocos personajes. Además les gustó mucho las onomatopeyas, las hipérboles y los ruidos que hacía mientras contaba el cuento, ya que por ejemplo, cuando van a buscar los materiales para hacer las casitas (paja, madera y ladrillo), cuando llaman a la puerta, etc… yo hacía gestos y sonidos familiares para ellos, con lo que se les hacía más atractivo seguir la historia. La gesticulación que utilicé también les gustó mucho, ya que en todo momento, hago gestos con las manos y la cara. Emplee canciones inventadas, silbidos, etc… y eso les encantó.

Los aspectos a mejorar que me señalaron que hiciera era que les preguntara a los oyentes de una forma simple y clara, porque así conseguiría hacerles más participes, y que sería mejor que no pusiera nombres a los personajes, ya que eso puede ser un poco lioso.

Las he hecho caso y hoy he contado el cuento en mi aula con todos los aspectos que me dijeron que mejorara y el cuentacuentos ha salido a la perfección.

Muchas Gracias Chicas.


Conclusión:

Al principio la idea de contar un cuento en clase me pareció algo “aterradora”, ya que había que contárselo a personas adultas y no a niños, pero luego me mentalicé que no pasaba nada y que seguro que lo iba hacer bien. Conté mi cuento y les encantó. Por lo que al final mis miedos era infundados y la experiencia me ha parecido enriquecedora.

Tengo que decir que contar cuentos no es fácil, que la hora del cuento tiene que ser un ratito de expresión, atención, imaginación, y sobre todo conseguir transportar a los niños a un mundo de fantasía.

Bajo mi punto de vista, realizar cuentacuentos es la mejor forma para conseguir esto, ya que los niños no disponen de imágenes y tienen que utilizar la imaginación en todo momento. Antes de empezar a contar un cuento o una historia, nos tenemos que fijar en la edad de los oyentes y en su momento evolutivo, porque en este caso “no vale todo”. 

Además creo que el cuento tiene que atraer a los niños, porque si les contamos algo aburrido para ellos se van a dispersar y la hora del cuento va a ser un caos. Pienso que como educadoras es algo que tenemos que tener muy en cuenta para poder contar un cuento y que ese ratito sea lo más agradable posible.

4 comentarios:

  1. Hola Elena, como ya te dije en clase, me gusto mucho como contaste la historia, los recursos que utilizaste: sonidos, canciones,....,me alegro que hayas cambiado esos aspectos que te indicamos y que les gustara a tus niños. En cuanto a la explicación que aportas de la tecnica elegida esta muy bien y muy completa.
    Un buen trabajo, guapa.
    Un saludo

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    1. Bueno, Lidia.... puedo estar de acuerdo contigo en que Elena explica muy bien su actividad pero no puedo estar de acuerdo con algunas cosas que dice y me apena que no hayas sabido verlas.

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  2. Tu entrada está bastante bien, pero no puedo evitar insistir en el tema de las enseñanzas morales de los cuentos. Como te comenté en clase, este cuento es uno de los más usados en Infantil porque es muy sencillo y repite las mismas estructuras con cada uno de los tres cerditos. Sin embargo, no es cierto que haya que enseñar a los niños, antes de tiempo, cosas que ya tendrán tiempo de aprender, sin tener en cuenta su momento evolutivo ni su desarrollo real. No puedo aceptar que alumnas mías salgan de la asignatura sin este asunto bien claro. Vuelve a leer la teoría de la asignatura, en el bloque 2, cuando se habla de las fábulas. En la página 26 se explica una experiencia realizada con este mismo cuento que debes volver a leer para tener muy claro que los cuentos se cuentan y luego se pregunta a los niños lo que sacan ellos de la historia. No hay que mediatizar a los pequeños antes de tiempo con instrucciones para la vida adulta. Lo bueno de los cuentos folclóricos es que enseñan que podemos conseguir lo que deseemos si nos dejamos aconsejar y ayudar y si damos lo mejor de nosotros mismos. Lo malo de los cuentos folclóricos es que los adultos los usamos en las aulas y en nuestras casas con una intención didáctica y moralizadora que los aleja de lo que es, en realidad, la literatura. Cada uno de los receptores deberá sacar su propia enseñanza y, desde luego, a esas edades, lo normal es que un niños sea como el cerdito pequeño y quiera cantar y jugar en lugar de realizar trabajos exagerados para su edad.

    No tienes que cambiar el cuento, ni la explicación de tu actividad ni las conclusiones que sacaste. Pero sí tienes que aligerar tu entrada de todas esas moralizaciones y enseñanzas que se alejan mucho del carácter de esta asignatura.

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  3. Gracias Irune, ya me he vuelto a leer el temario y he modificado lo que me dices, tienes toda la razón al decirme lo de la enseñanza moral. Al leérmelo otra vez me he dado cuenta de mi error y me ha quedado mucho más claro.
    Muchas Gracias

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